jueves, 26 de noviembre de 2015

ESTRATEGIAS EN EL AULA

1.Consejos generales de trabajo en el aula.

Estos consejos facilitan el aprendizaje de todos los alumnos de su clase, especialmente, de aquellos con dificultades de aprendizaje. Estas sugerencias no requiere sacarlos de la sala de clases ni tiempo adicional.
  • Establezca reglas de comportamiento y rutinas desde el comienzo del año escolar. Es importante que los niños conozcan los procedimientos dentro del aula y las consecuencias que implican no cumplirlos, así como las del quebrantamiento de reglas. Sea claro y explícito, así como consecuente en sus indicaciones.
  • Comience las clases a partir de un contenido conocido, en un estilo de repaso de lo aprendido para luego ir poco a poco introduciendo nuevos (Condemarín, 1999). Al inicio de cada lección los contenidos y habilidades aprendidas en la lección anterior y comente cómo se relacionan con la lección de hoy. De esta manera, las relaciones entre diferentes contenidos serán más evidentes, lo que facilita su retención.
  • Escriba en el pizarrón un plan con los puntos más importantes que se tratarán durante la clase. (Chadwick en Luccinni, 2002). Si los niños son pequeños, hay que leerlos en voz alta guiando la lectura del pizarrón con un puntero. Recuerde que estructurar la clase permite les permite a los niños anticipar lo que ocurrirá y, por lo mismo, facilita la comprensión.
  • Ajuste la dificultad las actividades a las competencias de los niños manteniendo un nivel de desafío constante, para así aumentar su sensación de eficacia y con ello mejorar su motivación (Valmaseda en Coll, Marchessi & Palacios 2002). Una tarea demasiado fácil es poco motivadora, lo que puede resultar en pérdida del interés e interrupciones. Una demasiado difícil resulta frustrante. El trabajo debe ser desafiante, que requiera concentración. Para apoyar a los menos hábiles, recorra la sala para monitorear el trabajo y ofrecer ayuda.
  • Entregue instrucciones claras y precisas para las actividades. Antes de dar una instrucción, solicítele a los niños que presten atención, que dejen de hacer lo que estaban haciendo y que lo miren y escuchen atentamente. Puede usar estrategias como cruzar los brazos sobre el banco, referir la atención a una lámina de normalización (conozca carteles de normalización en: Programa Kinder – Colegio San Joaquín www.educandojuntos.cl ), etc.






















2.Consejos específicos para el trabajo con niños con problemas de aprendizaje.

• 2.1-Dificultades de lenguaje.

Para lenguaje en general:
• Ayude a los niños con apoyos visuales que representen el tema del que se habla: gráficos, dibujos, objetos, organizadores gráficos (conozca ejemplos de organizadores gráficos en: Programa de Lenguaje – kinder – Colegio San Joaquín www.educandojuntos.cl) (Valmaseda en Coll,  Marchessi y Palacios, 2002). Tenga en cuenta que los niños con dificultades de lenguaje pueden sentirse inseguros en situaciones en las que haya un gran componente de discusión oral o de escritura. En esas ocasiones conviene tener un punteo de los temas a tratar que se vaya siguiendo. Esto les da una pauta para organizar lo que escuchan. Estas estrategias son aún más relevantes en los primeros años de educación, pues a los niños se les facilita el aprendizaje mediante el apoyo concreto.
Para Lenguaje comprensivo y expresivo 
• Corrija las producciones verbales erróneas o incompletas, modelando la expresión correcta. Repita correctamente las producciones de los niños lo más luego posible. Sobre todo, realice expansiones de lo dicho por el niño; tanto de tipo gramatical como semántico (Valmaseda en op cit). Por ejemplo, si el niño dice que los  “murciégalos” chupan sangre, lo óptimo es que el profesor diga, “claro hay murciélagos que chupan sangre y otros que comen frutas”. Por el contrario, lo contraproducente es decirle, “no se dice murciégalo, está mal dicho” ”repita, murciélago””. Esta última conducta puede hacer que el niño se sienta fracasado inhibiendo sus iniciativas comunicativas.
• Plantee preguntas abiertas de manera progresiva: esto favor·ecerá, con el tiempo, una comunicación más completa. Así comience con preguntas cerradas, para que luego Ud. como profesor construya un relato a partir de lo dicho por el niño. De esta manera, Ud. modela  la forma de contestar preguntas abiertas que puede plantearle al niño después.  Por ejemplo, le puede preguntar ¿qué hiciste en el recreo?, “Jugué”, ¿Con quién jugaste? “Con Pedro y Camila” ¿A qué jugaron? “A las pilladas” “Ah, entonces en el recreo jugaste con Pedro y Camila a las pilladas, y ahora ¿Qué vas a hacer?”.
Para estimular el lenguaje expresivo:
• Aproveche las situaciones de juego, especialmente en el caso de niños pequeños, pues proporciona un contexto muy rico para el uso del lenguaje. Amplíe el lenguaje otorgando modelos de respuesta (Valmaseda en op cit). Por ejemplo, cuando el niño esté jugando pregúntele qué está haciendo. Lo más probable es que el niño responda “esto”, a lo que usted debe contribuir diciendo “claro, estás construyendo una torre con cubos verdes, rojos y azules”.
• Anime el uso del lenguaje para distintas funciones como describir experiencias, acontecimientos y objetos (es bueno utilizar apoyo concreto como láminas), expresar sentimientos, realizar juicios y predicciones, contar cuentos, actividades donde deban categorizar, etc. (Pesse en Lucchinni, 2002)
• Otorgue el tiempo necesario para que pueda expresarse (Pesse en Lucchinni, 2002).
Muchas veces estos niños demoran en contestar, haciendo sentir que el ritmo de la clase se pierde. Para evitar esto, luego de un tiempo puede ayudar al niño preguntándole ¿en qué estás pensando? (con el fin de ayudarlo y no de presionarlo), antes de pasar a otro. Otra estrategia es avisar con tiempo lo que se le va a preguntar. Por ejemplo, puede decir Camila, le voy a hacer una pregunta, escuche bien. Mientras Camila piensa, comente que necesitamos tiempo para pensar y buscar la respuesta correcta. Luego pida que conteste.
Este par de segundos le da un tiempo para organizar su respuesta. Cuando corresponda, modele este  “tiempo de pensar”. Diga “lo voy a pensar” y demore algunos segundos antes de contestar una pregunta.
• Para estimular el lenguaje comprensivo es bueno que inste a los niños a responder preguntas simples y vaya complejizándolas progresivamente. Por ejemplo a través de la lectura de cuentos, primero puede plantear preguntas cerradas como ¿Estaba el gato con las botas puestas? (respuestas si /no), y luego puede invitarlos a hacer descripciones verbales, pedir que cuenten el final de la historia, etc. ¿Cuál era la labor del gato con botas?¿En qué termina la historia?¿Qué otro final se les ocurre?.
• Otra manera de preguntar acerca de los cuentos es hacer preguntas siguiendo la secuencia de la historia (qué pasó primero, qué después) Esto ayuda a crear una estrategia para recordar e ir integrando los acontecimientos del cuento para luego contestar preguntas abiertas de interpretación que se basan en ellos. También se les puede pedir identificar frases absurdas (palabras inadecuadas en el contexto), encontrar opuestos, descifrar incógnitas, resolver adivinanzas, juegos de nominación, etc (Pesse en Luchinni, 2002).
Para Lenguaje articulatorio:
• 
Solicite a los niños que al pronunciar las palabras alarguen los sonidos de las sílabas (<bbbbbrrrrrrraaaaaaa>) que observen las sensaciones que acompañan ese alargamiento (cosquilleo en los labios, cosquilleo en el paladar, abrir la boca) incluso que den un nombre a la sensación (hormigueo, cosquilleo…). Realice esta actividad frente a un espejo, que puede estar ubicado detrás de la puerta o en el rincón de lenguaje, para que vean cómo se mueve su boca al decir ciertas palabras. Este trabajo ayudará a los niños a obtener mayor conciencia de los movimientos articulatorios que tienen lugar al pronunciar y de la estructura sónica de las palabras (cómo están compuestas por distintas sílabas y sonidos) (Sánchez en Coll, Marchessi & Palacios, 2002). Este trabajo lo puede hacer antes de salir a recreo con uno o dos niños, es muy efectivo.






















• 2.2-Dificultades de atención.


• Siente al niño cerca del profesor, lejos de estímulos distractores como ventanas, diario mural, puerta, etc. y entre niños tranquilos. El niño debe tener sólo los materiales que  requiera para realizar la actividad (Menéndez, 2005). Recuerde que los niños con problemas de atención tienden a distraerse fácilmente ante cualquier estímulo.
• De órdenes muy simples, breves, y secuenciales (Menéndez, 2005). Por ejemplo: “Sebastián, saque su cuaderno, ábralo, tome el lápiz, copie la instrucción de la pizarra”, “muy bien”, “cuando termines me llamas”.  Esto le entregará una estructura externa al niño para realizar actividades que lo focalizará en la realización de una actividad. Para los más pequeños ayuda tenercarteles con dibujos  que indiquen la secuencia de actividades a realizar. Por ejemplo, pegue en orden los carteles de pintar, recortar, pegar para que recuerde cuál es la secuencia de una actividad larga (conozca ejemplos de carteles en: Programa de Lenguaje- kinder- Colegio San Joaquín www.educandojuntos.cl ).
• Asegúrese de mantener un contacto visual con el niño. éste lo debe estar mirando cuando le da la instrucción. Dígale “ Francisco, mire aquí”. Pídale que fije su atención en lo que usted hace o muestra. (Menéndez, 2005). A medida que transcurra el año, podrá simplemente llamarlo por su nombre y él sabrá que tiene que mirarlo.
• Defina los objetivos mínimos que el niño debe alcanzar en la clase, para que pueda participar al ritmo de ésta (metas cortas y sencillas) (Haeussler en Luchinni, 2002). Recuerde que generalmente ocurre que los niños con dificultades de atención son o más lentos que sus pares o terminan las actividades muy rápidamente.
• Espere que finalice una actividad antes de encargarle una nueva, no permita que deje las cosas a medio hacer (Menéndez, 2005). Por lo mismo, secuencie (parcele) y gradúe  las tareas para que vayan de lo más simple a lo más complejo  y refuerce cada uno de los pasos que debe cumplir. Por ejemplo, si termina la tarea, se le felicita por hacerlo, luego pídale que lo intente con buena letra y valore su realización, más tarde espere que el contenido también esté correcto y felicítelo. Pedirle todo a la vez, le desmotivará porque no puede realizarlo (Menéndez, 2005).
• Alterne el trabajo de pupitre con otras actividades que le permitan levantarse y moverse un poco. Como por ejemplo, hacerlo repartir las guías a los compañeros, borrar el pizarrón, etc (Menéndez, 2005). Esto es aún más importante cuando los niños tienen hiperactividad asociada, pues les resulta muy difícil quedarse sentados toda una jornada.
• Refuerce a los niños en sus logros académicos y conductuales, concentración y control de impulso, como por ejemplo, dándole ánimos continuamente, una palmada en el hombro, una sonrisa ante cualquier esfuerzo que presenta (por pequeño que sea), levantar la mano en clase, intentar buena letra, o contestar sin equivocarse, etc. También es bueno el reconocimiento o halago público: comentarios positivos en alto, notas para casa destacando aspectos positivos, una felicitación de la clase, un trabajo en el diario mural, etc (Menéndez, 2005).
• Otórguele atención positiva antes que limitarse a hacerlo callar y reprenderlo, cuando quiere llamar su atención o la de sus compañeros interrumpiendo o preguntando cosas poco atingentes. Acoja la pregunta del niño, pero inmediatamente, diríjalo hacia un tema de interés para todo el curso o pídale que solucione un problema, indicándole qué debe hacer. Por ejemplo, si el niño dice “Hace calor”, puede contestar “Sí, hacer calor, ¿Quieres abrir la ventana?”. De esta manera, la atención del niño se focaliza hacia la resolución de un problema. Más vale invertir el tiempo en estos niños y dárselo en acciones beneficiosas para todo el grupo, que malgastar tiempo en retos, discursos y castigos (Haeussler en Luchinni, 2002).
• Establezca límites claros y sin excepciones, puesto que estos niños necesitan de reglas y una rutina predecible. Así, por ejemplo no conviene decirle “Sólo por esta vez te repetiré la prueba”, porque no se esforzará en estudiar más y pensará “Si lo hizo la otra vez… ¿Por qué ahora no?” (Haeussler, en Luchinni, 2002). Por lo mismo, es recomendable definir con anticipación cuáles son las reglas, así como las pautas de trabajo de cómo se ocupan los cuadernos, dónde se guardan los materiales, rutina diaria, etc. (conozca pauta uso cuaderno, pauta rutina diaria en: Programa de Lenguaje- kinder- Colegio San Joaquín www.educandojuntos.cl )
• Atienda las necesidades del niño en forma oportuna. La postergación de la satisfacción de las necesidades lo lleva a ser más impaciente, irritable y con menos capacidad para esperar. Sin embargo, también es necesario que aprenda a esperar un rato corto, antes de atenderlo, pues la idea es que ésta sea oportuna y no inmediata. Tampoco es bueno prestarle atención cuando lo interrumpa o no lo deje conversar con otra persona. Exprésele que lo atenderá en un momento más (Haeussler en Luchinni, 2002). Es de ayuda ir modelando la espera. Al comienzo ayuda tocarle el hombro mientras se termina la conversación, así se siente atendido y considerado, luego bastará con señalarlo y posteriormente con sólo decirle.
• Desarrolle la paciencia y la perseverancia en los niños, motivándolos a realizar actividades que involucren destrezas motoras y relaciones grupales como armar puzzles, pasarse una hoja uno a uno con trabas de ropa, trasvasijar, caminar sobre una línea o sobre un rectángulo dibujado en el suelo sin caerse, etc.
• Fomente la concentración en los niños utilizando material de apoyo concreto, ya que permite que se concentren más que en las actividades donde prima lo auditivo. Existen diversos materiales de apoyo como juegos y actividades que promuevan una mayor concentración en la tarea porque requiere una observación acuciosa o elaboración minuciosa. Intente, por ejemplo, buscar un personaje en una foto, encontrar lo que falta en un dibujo, separar mazos de cartas en colores o por número, armar cadenas de clip para realizar operaciones matemáticas, etc. (Haeussler, en Lucchinni, 2002).
• Reconozca y respete la fatiga de los niños con déficit atencional, realizando varias actividades, pero cortas. Si bien el niño puede parecer físicamente inagotable, su capacidad de concentración ya está exhausta (Haeussler en Lucchinni, 2002). Piense de antemano qué actividad puede hacer el niño si termina antes o si está muy fatigado para seguir ( leer un cuento, repartir materiales, comentar lo que hizo con un compañero más hábil, etc).
• Sea un modelo para el niño. Es importante que el profesor dé el ejemplo. Si usted actúa de manera impulsiva será muy difícil que sus alumnos sean pacientes. Así también, es importante ser consecuente entre lo que dice y lo que hace. (Haeussler en Luchinni, 2002). Recuerde modelar cómo pensar diciendo en voz alta “voy a pensar”, espere unos minutos y luego conteste.











Antes de dar una instrucción elicite las habilidades y contenidos que los niños necesitarán para realizar la actividad. Luego de una instrucción precisa respecto a lo que espera que los niños hagan, secuenciando las acciones y nombrando los materiales y objetos que utilizarán (por ejemplo: si quiere que unan con una línea recta 2 objetos que comiencen con la misma letra, dígales: “Vean esta página, aquí tenemos varios objetos, animales y frutas que están en dos columnas (indíquelas). Vamos a poner atención a cuáles comienzan con el mismo sonido (nombre cada uno) ¿alguien me puede decir cuál de ellos comienza igual que árbol?, muy bien, ahora con el lápiz grafito vamos a unir con una línea recta (dibújela) el árbol con la ardilla, el ahora Uds. Lo van a hacer con todas las otras palabras”). Por último, consulte si alguien tiene una duda.
  • Refuerce los éxitos. Muy a menudo, los niños con dificultades reciben una información clara con respecto a sus fracasos. Por el contrario, pocas veces son reforzados por aquello que son capaces de realizar (Valmaseda en op. cit).
  • Entregue a los alumnos una imagen de sus competencias, estimulando y reconociendo las actividades que realiza de manera exitosa o en las que  obtiene avances que, aunque pequeños, sean significativos. Esto les ayudará en el desarrollo de su autoestima y seguridad personal, y a conocer sus fortalezas, lo que a su vez influirá en su manera de afrontar sus propios déficit.
  • Estos refuerzos debe realizarlos cuando la situación lo amerite y de inmediato: cuando el niño obtenga avances en su proceso de aprendizaje. El refuerzo indiscriminado o desfasado en el tiempo se vuelve inefectivo (los niños no saben qué es lo que se refuerza) e incluso contraproducente (pueden asociarlo azarosamente a otra conducta).
  • Mantenga una  relación cercana y amable con los niños Su valorización positiva y reconocimiento motivarán al niño a seguir instrucciones y acatar normas. Por el contrario, si el niño se siente rechazado hará todo para merecer ese rechazo.
  • Trátelos como personas grandes exigiendo comportamientos apropiados con firmeza, pero sin incomodarlos o humillarlos en frente del grupo. Escúchelos con paciencia y pregúntele su opinión, pues ellos responden bien a los tratos amables (Haeussler en Lucchinni, 2002).
  • Mantenga contacto visual al hablarles y redirija su atención cada vez que sea necesario con una señal, tocándolos en el hombro, un chasquido de dedos. Estos pequeños gestos ayudan a centrarlos en la tarea. A principios de año necesitará hacer esto varias veces.
  • Respecto a las evaluaciones, corrija los ítemes más difíciles con toda la clase. Muestre cómo se  resuelven y aclare los malentendidos (Chadwick en Luchinni, 2002). De esta forma, se alivia la ansiedad que genera equivocarse y se muestran los pasos para realizarlo correctamente. Esto es aún más útil para estos niños si considera que tienen baja tolerancia a la frustración, ya que no obtienen buenas notas y les cuesta mucho superarlas.
  • Obsérvelos constantemente. Monitorée los avances del niño constantemente para asegurarse que el nivel de dificultad de la actividad es el adecuado y que esté realizando y avanzando en las actividades. Pase por su puesto y pregúntele si comprendió la instrucción, si tiene alguna pregunta o si puede verbalizar lo que está haciendo y cómo lo está realizando. Así podrá tomar decisiones en momentos más adecuados y precisos.
  • Otorgue corrección adicional en su cuaderno y tareas. La corrección de cuaderno es una estrategia que permite pesquisar lo errores más comunes que los niños están cometiendo, los contenidos atrasados, dificultades en la escritura, entre otros. y definir estrategias remediales como la copia de otro cuaderno par completar, corrección de errores, reedición e, incluso, derivación a profesionales especializados.

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